Todo transcurrió de una forma amena y distendida con una gran dosis de fraternidad y mostrando con este acto que todos debemos estar siempre dispuestos a ayudar y colaborar, pues, por muy pequeña que sea nuestra aportación, es grande si lo hacemos desde el corazón y bajo el signo del “AMOR”.
Finalmente lo más positivo de este día sería la enorme satisfacción que nos reporta hacer el bien, estando cerca de los más necesitados.
Continuemos haciéndolo para que:
Mi alegría llegue a los que están tristes,
Mi amor llegue a los que están solos,
Mi paz nos ayude a sentirnos hermanos,
Mi ilusión y esperanza nos conduzca al amor de Jesús.
Os informamos de que la recaudación del desayuno fue de 1.700 €, que fueron entregados a Cáritas Diocesana para la ayuda urgente a la población de Haití
Milagros Padilla Pérez