Como cada año, nos reunimos en convivencia para celebrar "el desayuno solidario".
A las doce menos diez comenzamos a degustar unos agradables y solidarios panes impregnados en un aceite cargado de apoyo a una causa realmente merecida.
Hemos tomado contacto, alumnos y profesores, con la situación vivida por toda una sociedad necesitada de un trozo de pan entre otras muchas cosas.
Este año tampoco han podido venir las familias, las hemos echado mucho de menos, ya que el hecho de compartir nos enriquece a todos.
A continuación, con nuestros panes y sobre todo con las ganas de involucrarnos en un desayuno empapado de ayuda, solidaridad y apoyando una causa digna de moralidad, nos hemos quedado en las aulas y después hemos disfrutado de nuestro merecido recreo, pleno de satisfacción, risas y momentos de paz.
Hemos de educar para y en convivencia, y siempre colaborar con nuestro granito de arena.
Cuando puedas ayudar a alguien, HAZLO. Todo lo que hacemos a los demás, nos lo hacemos a nosotros mismos.
Seamos solidarios, ayudemos, colaboremos y hagamos piña en todo lo bueno. No necesitamos una razón, simplemente hagamos el bien. Y lo más importante no es lo que ofrecemos, sino el AMOR que ponemos al dar.
La generosidad es un estilo de vida.
