Todo comienzo tiene su dificultad y empezar un nuevo curso no es una excepción. Cambiar los relajados horarios de la época estival por los madrugones, y el ocio por el estudio, no es cosa fácil. Pero, como todo en la vida, tiene sus compensaciones: el reencuentro con los compañeros, la ilusión de una nueva etapa y esos pequeños detalles de los que uno no es muy consciente en el momento de producirse.
Sabemos, pasado el tiempo, que cada curso es un paso más en la andadura de nuestros hijos. Un paso firme en su formación como personas. Muchos conocimientos se olvidarán, otros tantos seguirán siendo útiles a lo largo de su vida, pero de lo que no dudamos es de la permanencia en ellos de valores esenciales que marcarán todas y cada una de las decisiones que tomen en el futuro.
Con esa tranquilidad, padres y profesores aunamos esfuerzos sabiendo que lo que hoy empieza es la base de una sociedad comprometida, madura y esperanzada.
Hoy comienza el futuro. Bienvenidos.