El final de esta historia, de nuestra historia, ha llegado, pero no ha podido ser de mejor manera. Nuestra graduación podría describirla como una mezcla de sentimientos, sentimientos que aunque un año después, hemos podido comprobar que no se han ido. Algo que no podremos olvidar sería la misa antes de comenzar, en la que el sacerdote nos preguntó ...


